Ambientada a fines de los años cuarenta del siglo XX en Orán, La peste narra las vicisitudes de una ciudad cerrada durante un inesperado brote de peste bubónica. Ya en fechas de su publicación original, el autor confirmó lo que muchos lectores veían por sí solos: la epidemia era una alegoría de la ocupación nazi en Francia. Sin embargo, ese paralelismo no agota la capacidad profética del relato, que advierte sobre los peligros invisibles que acechan a toda sociedad moderna.
La trama es sencilla y va desde el contagio inicial hasta el final de la epidemia, pero la hondura de sus planteamientos, así como la humanidad de sus personajes, le confiere la riqueza de la mejor literatura. Sin falso voluntarismo, Camus defiende la rectitud y la solidaridad generales, poniendo de relieve el heroísmo de personas ordinarias que actúan de manera extraordinaria por mor de su integridad. Es así como La peste, una de las grandes obras de imaginación moral del siglo pasado, sigue orientándonos en tiempos de desasosiego.